A pesar de que tradicionalmente no se han tenido en cuenta las emociones en el ámbito laboral, las últimas investigaciones, apuntan hacia el importante impacto de las emociones en el trabajo. Llegando a la conclusión, de que los estados de ánimo, las actitudes y comportamientos de los profesionales, afectan directamente al rendimiento, la toma de decisiones, la creatividad, la capacidad de colaboración, la motivación laboral o el liderazgo tanto en un sentido positivo como negativo.
Entonces, ¿Por qué no ponemos remedio? Principalmente, por dos motivos, porque tiene una connotación personal/psicológica, y segundo, no se ofrece un método para gestionar las emociones, mas allá del enfoque de la Inteligencia emocional.
En este sentido, en el terreno de las emociones, necesitamos concienciar sobre la importancia de la consciencia emocional (atención a nuestro estado interno), y la posibilidad individual de modular y gestionar a voluntad el tono de aquello que sentimos, y que tendrá implicaciones en nuestro comportamiento.